Nunca vas a encontrar la felicidad
Porque la felicidad no es algo que se pueda hallar, sino es algo que se produce. Buscar la felicidad es como recorrer tu casa, con una linterna en la mano, en absoluto silencio, buscando tu propia voz. La felicidad no es un hallazgo, sino un producto.
Las personas no estamos entrenadas en los mecanismos de producción de nuestra realidad. Lo hacemos intuitivamente, pero sin saber cómo son estos mecanismos. Generamos nuestra realidad intuitivamente por métodos misteriosos copiados en nuestra crianza. Cuando un diapasón vibra, y se acerca a otro diapasón en reposo, éste comienza a vibrar en la frecuencia de aquél. Así adquirimos los métodos de generación de nuestra realidad según la crianza y el ámbito en que nos encontramos. De chicos, vibramos en la misma frecuencia que vibra nuestro entorno y adquirimos intuitivamente ese mecanismo de producción de realidad. Luego continuamos en esa frecuencia, por inercia, y desconocemos el funcionamiento del mecanismo de producción que nosotros mismos utilizamos.
En lugar de preguntarnos: “Dónde está la felicidad?” deberíamos preguntarnos: “Cómo genero felicidad?”. La realidad generada se refleja en el universo en que vivimos y si generamos felicidad, las cosas, circunstancias, personas, y actividades que nos rodeen reflejarán esa felicidad hacia nosotros. El error es pensar que la felicidad “viene”, “nos llega” o “nos impacta”. No. La felicidad la genera nuestro ser, que puede generar una infinita gama de posibilidades. Tristeza, felicidad, escasez, abundancia, entusiasmo, desazón. Cada una de estas posibilidades es tan real o irreal como la otra, solo adquiere realidad cuando la producimos.
La búsqueda de la felicidad está condenada al fracaso y la frustración. Porque al “buscar” estamos dando por sentado que el ente que la produce está fuera de nuestro ser, y nos vuelve dependientes de aquél. La felicidad es un producto, nuestro producto, no algo que podamos encontrar. Nunca vas a encontrar felicidad. La felicidad, debes producirla, como tu propia voz.